LA LUCHA POPULAR CONTRA EL GOLPE

martes, 30 de junio de 2009

Movimientos sociales reaccionan contra el golpe de estado

Adital

Las tres Confederaciones Sindicales de Honduras, el Bloque Popular y las Centrales Campesinas convocaron hoy (29) a una huelga general en repudio al toque de queda de 48 horas decretado por el presidente interino del país, Roberto Micheletti. La medida fue determinada a la medianoche de ayer en respuesta a las manifestaciones populares contra el golpe de estado que destituyó a Manuel Zelaya Rosales del comando del país el domingo (28).

Las entidades populares exigen que las Fuerzas Armadas de Honduras cesen la persecución a militantes políticos que, desde ayer, protestan en las calles del país contra la deposición de Zelaya Rosales, que se encuentra en Managua, Nicaragua. El sábado, las Fuerzas Armadas secuestraron y expulsaron del país al ex presidente, acusado por la Corte Suprema de abusar de las leyes nacionales al proponer para ayer una consulta popular, que podría definir sobre una posible Nueva Asamblea Constituyente.

En una nota, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) denunció el corte de energía eléctrica y la presencia de tanques y helicópteros militares alrededor de la casa presidencial, en Tegucigalpa, capital del país, donde miles de manifestantes realizaron protestas ayer.
El Comité Internacional de Coordinación (CCI) de Vía Campesina consideró el golpe como una "acción desesperada de la oligarquía nacional y de la derecha recalcitrante por preservar sus intereses del capital y, en especial, el de las grandes empresas transnacionales". Los manifestantes afirman que, detrás de la acción truculenta de las Fuerzas Armadas, están la Corte Suprema y los conservadores de la oposición.
En la evaluación de Vía Campesina, el gobierno de Zelaya defendió a los trabajadores y campesinos del país al ingresar, este mes, en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), bloque de izquierda impulsado por el gobierno venezolano.
Varias entidades civiles de países de América Latina y América Central demostraron repudio y realizaron protestas contra el golpe ocurrido en Honduras. La Central Obrera de Bolivia (COB) se reunió hoy en La Paz, capital boliviana, para demostrar solidaridad al pueblo hondureño. La entidad planea, para los próximos días, una marcha nacional "en defensa de la democracia" de Honduras y contra el "golpe fascista de origen imperialista".
El Movimiento por el Rescate del Sandinismo (MPRS), de Nicaragua, consideró que la justicia hondureña no posee justificaciones para el golpe de estado y afirma que la acción "abre el camino a la confrontación y a la violencia en el país". En un comunicado, la entidad nicaragüense recuerda que la Constitución hondureña garantiza "a sus ciudadanos el derecho de desconocer y rebelarse contra quien hoy pretende asumir el poder por la vía del golpe militar".
El Encuentro Ecuménico Juan Vives (Ecuvives), de Venezuela, consideró que la sociedad hondureña "sufre el ataque de los poderes más egoístas y reaccionarios del planeta. Quinientos años de esclavitud y opresión no parecen suficientes para satisfacer la voracidad de una clase dominante aliada a los intereses transnacionales de las grandes potencias".
El grupo venezolano además criticó a la Conferencia Episcopal Hondureña, que, en junio, acusó al presidente Zelaya de "polarizar" al país. "En 500 años de muerte y opresión, no había habido divisiones, la población vivía en santa paz, los ricos y los pobres se sentaban fraternalmente en la misma mesa, y los oprimidos -eternamente amordazados- celebran felices su desgracia con los opresores", ironizó el Ecuvives.
Roberto Micheletti ordenó la detención de Rafael Alegrón (dirigente campesino de Honduras y miembro de la Comisión Coordinadora Internacional de Vía Campesina); Juan Baraona (Dirigente del Bloque Popular); Carlos H. Reyes (Dirigente del Bloque Popular); Andrés Padrón (Movimiento por los Derechos Humanos); Luther Castillos (dirigente sindical); César Han (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras); Andrés Pavón (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras); Marvin Ponce (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras); Salvador Zúñiga (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras; Berta Cáceres (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras).
Los parásitos del pueblo gozan de buena salud

Jorge Majfud
estocolmo.se


El domingo 28 de junio por la mañana, los militares de Honduras rodearon al presidente y, mientras lo apuntaban con sus armas le preguntaron por qué no había obedecido las órdenes del general Romeo Vásquez. Como el presidente pensaba que él debía dar las órdenes a sus subordinados, éstos lo invitaron a retirarse de la casa de gobierno. De ahí a un auto y luego a un avión de la fuerza aérea hasta Costa Rica.
Al mismo tiempo, todos los medios de comunicación del país fueron copados y se les sugirió por la fuerza no transmitir información que no fuera controlada directamente por el proceso democrático que se estaba llevando a cabo. Apenas pudimos escuchar las declaraciones del presidente depuesto al arribar a Costa Rica, unos pocos periodistas que “ilegalmente” informaron al mundo de lo que estaba pasando y unos cuantos hondureños que nos mantuvieron informados vía electrónica.
Según las fuerzas armadas de Honduras, todo este proceso fue en defensa de la legalidad y la constitución. Los militares se justificaron diciendo que recibían órdenes de la Corte Suprema. A pesar de que la constitución hondureña no prevé este mecanismo para saltearse la autoridad de un presidente legal y legítimo, era necesaria una excusa para tontos. La declaración sólo demuestra que en Honduras se llevó a cabo un golpe de estado con todas sus letras; en nombre de la “legalidad” militares y jueces se pasaron por encima la misma constitución.
Si en el pasado este trabajo de gorilas era propio de los altos jefes militares, ahora vemos que la misma ilegalidad está apoyada, promovida y justificada por el poder judicial de un país. La complicidad del parlamento confirma esta práctica: las leyes se respetan siempre y cuando sirvan a los intereses de los sectores más poderosos de una sociedad.
Cualquier constitución de cualquier país decente y democrático prevé la destitución de un presidente. Pero este proceso tiene determinadas condiciones y un número específico de etapas legales que garantizan su validez. Que yo recuerde, en ninguna constitución democrática se prevé que el presidente puede ser tomado por la fuerza militar, secuestrado y expulsado de su propio país. Menos en nombre de la legalidad. Menos por orden de un puñado de jueces. Menos con la complicidad del jefe de un parlamento que además es el opositor político del presidente.
Todo lo cual demuestra hasta qué profundidad la cultura golpista sobrevive aún en las clases dirigentes de Honduras. Y no sólo de Honduras, lo que de paso sirve para estar alertas ante las viejas sobras de la historia latinoamericana.
Hoy defender al presidente Zelaya no es defender sus políticas ni mucho menos a su persona. Hoy defenderlo, aún contra las instituciones (secuestradas) de Honduras significa defender la democracia y cualquier estado de derecho en cualquier parte del mundo basado en el respeto a las leyes y la constitución no sólo cuando conviene. Porque en una democracia las leyes y la constitución no se corrigen rompiéndolas sino cambiándolas. Algo que precisamente pretendía hacer el presidente secuestrado.
El golpe de la censura

Andrés Sal.lari
Rebelión


¡Último momento! Las fuerzas represivas hondureñas detuvieron al equipo periodístico de Telesur, encabezado por la periodista argentina Adriana Sívori, quien cubría los incidentes derivados del golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya en Tegucigalpa. La guerra por el control de las mentes y los corazones es uno de los aspectos principales en eventos como en los que estos días se viven en la sociedad hondureña. Los golpistas lo saben y es por eso que están dispuestos en una batalla por imponer la censura a todos los medios de comunicación que no obedecen a sus intereses y evitar que los ciudadanos conozcan los hechos.
Los medios que todavía funcionan en Honduras son los que ocultan el golpe de Estado y lo justifican con la misma argumentación que han utilizado quienes han decidido usurpar el poder legalmente constituido.
Muchos de ellos transmitían novelas y sorteos de lotería en la tarde del lunes, en el mismo momento en que el país se enfrentaba a una grave crisis institucional desatada por el secuestro de su Presidente.
En esta nota ustedes podrán leer los testimonios de dos responsables de medios de comunicación que sufrieron las consecuencias de informar a la sociedad hondureña los acontecimientos políticos de las últimas horas.
Son relatos que permanecerán silenciados en las grandes corporaciones mediáticas, y son una evidencia incontrastable del carácter golpista y antidemocrático de las fuerzas que han decidido destituir a Manuel Zelaya.
Durante la tarde del domingo, un comando militar se tomó las instalaciones (y clausuró la transmisión) de Radio Globo en Tegucigalpa. Esta es la declaración de su dueño Alejandro Villatoro.
“La Gerencia General de Radio Globo, denuncia ante ustedes que, después de las acciones de hecho que se dieron que concluyó con deponer al presidente Manuel Zelaya Rosales, se inició una campaña de intimidación en contra de los medios de comunicación independientes, entre ellos, esta Casa de Radio que fue objeto de un atentado.
Desde las seis de la mañana cuando nos presentamos a nuestras labores, el edificio principal, estaba militarizado, después de algunas negociaciones nos permitieron el ingreso.
Fueron varios los intentos que hicieron los militares por penetrar hasta el edificio de donde trasmitíamos a Honduras y al mundo lo que realmente sucedía en el país. A las seis de la tarde, un comando militar integrado por unos sesenta elementos del ejercito, tomaron por asalto las instalaciones físicas de la radio, nos sacaron del aire y los compañeros que en ese momento se encontraban en el establecimiento fueron objetos de amenazas a muerte, golpes e intimidaciones. En el caso de Alejandro Villatoro es diputado suplente y no respetaron tal condición.
En el caso particular, de David Ellner Romero existía orden de captura razón por la cual logró escapar lanzándose al vacío desde un tercer piso del edificio que alberga la radio.
Al operador Franklin Mejia, quien es menor de edad, fue golpeado, y en una actitud discriminativa le gritaban (negro hijo de....te vamos a matar si no nos dices desde donde estas trasmitiendo y otras ofensas denigrantes a la condición humana).
Señores: El fondo de todo este atentado fue, y es, para acallar a la única emisora en Honduras que trasmitía los sucesos tal como se dieron. En la actualidad, y después de negociaciones con los militares, la radio reabrió sus operaciones pero bajo una serie de condiciones que limitan la libertad de expresión en el país.”
Horas después de la restitución de la señal de Radio Globo, pude monitorear por Internet la señal de la emisora y una de las conductoras mencionó que estaban realizando sus labores con “restricciones”.
Es decir, que tuvieron que negociar su autocensura para poder seguir transmitiendo.
Peor era la situación para los trabajadores del Canal 36, Cholusat Sur, cuyo propietario pudo comunicarse con el canal Telesur para denunciar lo siguiente:
“Buenos días, desde ayer por la mañana (por el domingo), a las 5.30 de la mañana, hombres armados ingresaron a las instalaciones de Canal 36, Cholusat Sur, un canal de televisión que está ubicado para referencia de ustedes a unas 3 cuadras de la casa presidencial. Los militares llegaron al mando de un coronel diciendo que cumplía una orden superior para tomarse el canal. Nuestro equipo estaba dispuesto a transmitir la actividad del fin de semana pero nos fuimos sometidos, obligados a suspender nuestra transmisión y en el cerro, en el lugar donde están nuestras plantas transmisoras, hombres armados también obligaron a nuestros operadores a no encender los equipos de televisión.
A esta hora estamos sufriendo ya más de 24 horas de estar fuera del aire, de no poder entrar a un edificio privado, es un edificio nuestro que está bajo control de los militares y lamentablemente no podemos entrar para ejercer la honrosa labor profesional del periodismo en Honduras libre, el periodismo independiente que no se compra, que no se vende. ¡No nos dejan transmitir en Canal 36!, Cholusat Sur, ahí están todavía militares armados como si fuéramos delincuentes. El bloque está cerrado, las puertas a nuestro canal están cerradas y cada uno de los pisos, son cuatro pisos nuestro canal están militarizados en este momento y lamentablemente no hay ninguna autoridad que se haga responsable ni que se haya contactado con nosotros para permitirnos hacer este trabajo.
No hemos podido sacar ni siquiera un cable de audio. Los militares no nos permiten, no nos permiten sacar ni una cámara de televisión, los militares no permiten que usemos nuestras unidades móviles, eso es lamentable. Mi nombre es Esdraf Amado López y no podemos salir, no podemos reportear en las calles. Yo tengo una amenaza de ser capturado y sacado del país, estamos en la clandestinidad por órdenes superiores según nos han hecho saber en las últimas horas.
Don Roberto Micheletti quien ayer (por el domingo) supuestamente asumió un cargo que se rechaza por la mayoría de los hondureños como ustedes lo están mostrando en las calles dijo que este era un gobierno democrático, pero Canal 36, Cholusat Sur tiene 24 horas de estar sometida a la bota militar. No nos dejan ingresar. ¡Estamos sometidos a la bota de los militares en Canal 36 y no nos dejan entrar! Estos mismos militares que sacaron por la fuerza a Mel Zelaya ahora nos quieren sacar del aire, nos han sacado del aire y amenazan con sacarnos del país a los que trabajamos en este medio de comunicación independiente.
Yo no puedo ir al canal, soy el propietario del canal, soy el propietario del edificio donde opera el canal y soy el director de los noticieros ‘Así se informa’ y hasta este momento no sé cuál es el delito que hemos cometido, no sé la infracción que hemos cometido para que de manera abrupta hayan ingresado al canal militares uniformados tomándose el Canal 36 como si fuera ese una sede de delincuentes, como si canal 36 fuera una sede de conspiradores. Lamentamos esto y lo denunciamos hoy a través de ustedes, al pueblo hondureño y a los países amigos de Honduras que nos reconocen, estamos denunciando que este nuevo régimen que ha golpeado la democracia hondureña también está golpeando la prensa del país. Mis compañeros de trabajo que están en la calle están temerosos de sus familias, están clandestinamente ocultados, teniendo miedo de que vayan a sufrir represalias en contra de ellos, especialmente el jefe de noticias que es el licenciado Javier Aguilera, mi mando derecha en los noticieros ‘Así se informa.”
Por último según distintas fuentes, la señal de Telesur que está ofreciendo una amplia cobertura de los sucesos acontecidos en torno al golpe de Estado fue censurada por las empresas de cable de Honduras.

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